No puede ser, esa mujer es buena. No puede ser, una mujer malvada. En su mirar, con una luz singular He visto que esa mujer Es una desventurada. No puede ser, una vulgar sirena, Que envenenó las horas de mi vida. No puede ser, porque la vi rezar, Porque la vi querer, Porque la vi llorar. Los ojos que lloran no saben mentir, Las malas mujeres no miran así. Temblando en sus ojos, Dos lágrimas vi y a mi me ilusionan Que tiemblen por mi, Que tiemblen por mi. Ay, mujer de mi ilusión, Sin tu dar te doy mi amor, Porque no sé fingir, Porque no sé callar, Porque no sé vivir