Tres después del mediodía y el reloj no da las horas Cae la lluvia, siempre fina, oscureciendo la ciudad De gris las calles teñidas y allí el cielo haciendo sombra Sobre adoquines de rutina y entramados de metal Son las seis y abre sus puertas la Taberna del Infierno Poco a poco, los marcianos, van cogiendo su lugar Anochece y el alcohol haciendo mella en sus recuerdos Se ha apagado el alumbrado, la pelea va a empezar Un acorde irrumpe en su silencio Es la banda quien lo empieza a hacer sonar Una carrera sin freno, ya no importan los 90 Van mutando los marcianos comenzando a saltar Porque aquí, la vida pasa haciendo largas colas Porque así, ya cobra sentido hablar con las farolas Porque aquí, el fuego aguarda en todas las chabolas Porque así, las voces perdidas caminan siempre solas Refugiada de la brisa vive en su sonrisa la que le cedió su hogar Vigilando aquella puerta invitando al Que está fuera, despidiendo al que se va… Se amontonan en la barra los Recuerdos y las balas, compañeros que no están En el fondo fanfarrones celebrando Sus desgracias decorando aquél chaflán Y un acorde irrumpe en su silencio Es la banda quien lo empieza a hacer sonar Ya no importan los 90, van mutando los marcianos comenzando a saltar Porque aquí, la vida pasa haciendo largas colas Porque así, ya cobra sentido hablar con las farolas Porque aquí, el fuego aguarda en todas las chabolas Porque así, las voces perdidas caminan siempre solas