Y usé de aquél coraje que guardaba en la mollera Pa no dar sin sentido la batalla por perdida Pues lucen los senderos cuando están llenos de piedras Y mis piedras van conmigo pues son parte de mi vida. Y barnicé mi alma y el bancal de mi ceguera Con zarzales de esmeralda y un sabor a despedida Buscando algún chiflado que ordenara mis ideas Sin caerse de costao al dar mi suerte por vencida Y tú… jugando a formar parte de mi vida Y yo… mermando ya mi miedo a enloquecer Y yo… el charco en el que observo tu osadía Y tu… luchando por lo que no pudo ser Ya no queda nada que decirle a tu mirada Ya no queda nada que sentir bajo tu piel Ya no queda nada de verdad en tus palabras Ya no queda nada, ya no queda nada… Sin miedo de perder todos los sueños que no esperan La vida pasa rauda y mi caudal ya se vacía Dejar pasar el tren con seis vagones sin respuesta Sin mirar en qué estación pudo bajar mi melodía Y hacer del corazón de aquel desván mi madriguera Y terminar así fingiendo que esas alas son las mías Grité implorando al cielo con las venas hacia afuera Que la suerte me acompañe por el resto de mis días Y tú… dejando a la mitad nuestra partida Y yo… bregando aunque no pueda comprender Y yo… fingiendo no perderme en tu alegría Y tu… brillando para hacerme enmudecer… Ya no queda nada que decirle a tu mirada Ya no queda nada que sentir bajo tu piel Ya no queda nada de verdad en tus palabras Ya no queda nada, ya no queda nada…