Pones las sillas del bar patas arriba, Atentas mi tranquilidad se rifa un bofetón y un traje de saliva Tienes a tu merced mi ejército de hormonas, Hay cola para irte a embaucar Podrías conquistar el mundo en una hora. Guiñas el ojo con arte y disimulo, Es imposible de olvidar la sensación de ardor en mi rostro nulo. Me cuesta recordar las veces que atentaste, contra mi poca dignidad, Consigues impedir que me marque un Desplante y tu escote vuelve a mandar Mátame, haz que se hunda la tierra no me dejes pensar, Que prenda la tensión, declárame la guerra en el baño de este bar. No tienes culpa ni miedo de enfrentarte y derrumbar mi realidad, Te gusta improvisar, Haz de tu ciencia un arte y párteme el cuello al pasar.