Hablame Hasta que tu voz sea un hilo, nada más. Un eco familiar de mi fragilidad. Tus ojos siempre esconden un abismo, Y el mismo espiral me arrastra Adonde vas. La luz de la ciudad se va quedando atrás. Se empaña el parabrisas Cuando susurrás. Y el desierto alrededor Quemando las distancias, No importa el dolor. La infinita soledad es nuestra, nada más, A 1000 kilómetros de que amanezca. Y no hay trayecto, Ni final, Ni chance de frenar, Ni habitación de hotel donde parar. La luz de la ciudad se va quedando atrás. Se empaña el parabrisas Cuando susurrás. Y el desierto alrededor Quemando las distancias, No importa el dolor. Un desierto alrededor, Y el resplandor, a lo lejos, No es más que un espejismo. Una prueba de valor, Un éxodo A lo más hondo De lo desconocido