Alguien disparó al destino y me tocó a mi Ser una "bala perdida". Sin objetivo, ni una misión a cumplir, Me zarandeaba por recovecos llenos de gracia. Y me bautizaron Con diversos nombres de animales. La oveja negra, El Tigre del Congrés o el Cabraloca. Fui buscador de oro en tierra de olivos. Ése que lleva la contraria Hasta cuando le dan La razón. Y no sé cuándo la bala Besara el suelo Y descansaré para siempre Con el polvo de la tierra. Queda mucho Dice mi cuerpo Mientras engaño a esos farsantes, La vida es un teatro de pueblo. He conocido a hombres Que iban de "bala perdida" Y trabajaban todo el día En tiendas de disfraces. También otros que al final Resultaron balines de feria, Aparentemente peligrosos, Pero inofensivos como la inocencia. Yo sí que soy una "bala perdida"... Yo sí que soy una "bala perdida"...