Un domingo sin fútbol, Encarándome al levante asomado a la Alameda Con la tarde por delante, Dando tregua por un rato a calentarme la cabeza Pero teniendo presente Que llevamos tres mil años En la historia de occidente. Que donde tengo la sombra la han tenido previamente Muchos antes que yo, y que todos indistintamente De cuál fue su condición Buscaban alguien para estar viendo los barcos Y sentirse menos solos Cuando van al día siguiente a trabajar. No somos más que un borrón en el tiempo. Una casualidad en esta ciudad y este momento. Un domingo de enero Cuando ya no hay niños por el parque echando gusanitos A los patos del estanque, Empiezo a notar el frío Y pienso que estuve contigo aquí una vez, y fue agradable, Mientras me siento al volante. Arranco con la compañía De cuatro asientos vacíos y la radio vespertina Me arregla el silencio. Al recorrerme la avenida voy dejando detrás Las circunstancias que comporta ser de un sitio. Y da igual lo que vivimos. Todo es una consecuencia del Big Bang. No somos más que un borrón en el tiempo. Una casualidad en esta ciudad y este momento No somos más que un borrón en el tiempo. Una casualidad en esta ciudad y este momento