En vilo entre la arena y el lucero, La risa por el llanto desgarrada, Así está la mujer que ama a un torero Herida y sin herir por la cornada. Las tardes, cuando el sol y los claveles Palpitan en la cal como un latido, Se han clavado el puñal de cien carteles El guapo que hoy torea: ¡es tu marío! No piensan en la pena que te abraza La sién, el paladar y la cintura Ahogandose minuto por minuto Ahogandose minuto por minuto. Y tú ves el anillo de la plaza Así te escondas en la cueva oscura Y Abril que siempre amor. Te sabe a luto Y Abril que siempre amor. Te sabe a luto. Así está la mujer que ama a un torero, Así está la mujer que ama a un torero.