Las linternas me buscan en la ciudad oscura me queda poco tiempo un guardián de la penumbra me interceptará con brutalidad me reducirá. ¿Qué será de mí cuando en la madrugada mis manos encadenadas esposadas por el frío entre las frazadas busquen acariciar tu rostro fantasmal? Cruzo la noche huyendo de falsas esperanzas en ellas el recuerdo me tiende una emboscada en un callejón me puede acechar en cualquier rincón desde alguna terraza me avizora la tristeza francotiradora no debo quedarme quieto antes de la aurora la torre treparé y en llantos gritaré: ¿Donde estás? ¿En donde estás? ¿Donde estás? ¿Donde estará tu mirada enamorada? ¿Las caricias que me dabas? ¿Ese abrazo que sentía mi casa? Con el corazón armado hasta los dientes el coraje suficiente con los puños apretados sólo y rodeado debo ejecutar mi plan relampágo. ¿Donde estás? ¿En donde estás? ¿Donde estás? ¿Donde estará tu mirada enamorada? ¿Las caricias que me dabas? ¿Ese abrazo que sentía mi casa?