La mirada al suelo y las manos en la frente Pensando en que todo podría haber sido diferente Demasiado para aquel que trata de justificarse Cuando su espíritu es decadente. Quiere huir, olvidarse Porque se siente inservible, indiferente El tiempo, tan valioso para unos y tan pobre para otros, debo respetar Dejar que se estire y se haga a su manera Dejarlo vivo y que no muera Puede que esté sediento Sin embargo, me quedaré con la larga espera Tratando de convencerme a mí mismo de que será efímera Me atrapa, retorciéndose entre sí, para estar conmigo Para triturar lo que soy y lo que he sido Tirará de mí cuando ella quiera Mi hogar Mi entorno Se envuelven en horas perdidas Cerraré los ojos cuando desaparezcan las cenizas ¿Y tú? ¿Dónde estás? Siempre fuiste mi aliado, mi eterno mantra Ahora solo eres el fantasma Que no deja de deambular por mis entrañas Ella permanece Las palabras quiebran Nunca podrás ver lo que la ceniza entierra