Preste atención compañero A lo que voy a cantar, Porque quizá en una copla Nos tengamos que encontrar. Puedo cantarle a una flor Del mismo modo que a un cardo, Aunque cante la miseria No estoy solo ni amargado. La tristeza y la desgracia Son amigos disfrazados. Que sí, que no... lo mismo me da Si el sí y el no, no alcanzan igual A mi libertad. Yo tengo dos enemigos Pues dos puntas tiene el mal, El hombre que pisa a otro Y el que se deja pisar. Que sí, que no... lo mismo me da Si el sí y el no, no alcanzan igual A mi libertad. Al hierro para templarlo Lo bañan en agua helada El hierro gime, se queja Y parece que llorara Pero después se convierte en martillo Y en espada. No me importa tu dinero Prefiero mi independencia, Si pa'tener un sombrero Hay que alquilar la cabeza. Ni el oro de tu bolsillo Ni la seda del pañuelo Ni tu plata, ni tu lata Son el camino del cielo. Tenés demasiado peso Para poder alzar vuelo. Corriendo no iré más lejos Que si me quedo acá, Porque de cualquier manera El sol igual pasará. Que sí, que no... lo mismo me da Si el sí y el no, no alcanzan igual A mi libertad. Quisiste atrapar al ave Y sólo lo has enjaulado Quisiste ser su señor Pero sólo lo haz matado. Hermano te equivocaste La fuerza no está en las manos Para ser dueño del ave No hay que tenerlo en la mano Sino dejarlo volar Y gozar de su color, su libertad Y su canto: Que no sirve la alegría Si es a costilla del llanto. Yo no he trabajado nunca Pues me gusta vivir bien, Porque aquellos que trabajan No tienen nada que hacer. Que sí, que no... lo mismo me da Si el sí y el no, no alcanzan igual A mi libertad. Bendita curiosidad Entre sublime y grosera O te hace andar en las puertas Escuchando por detrás O descubrimos América De pura casualidad. Si yo golpeo a tu puerta No te vas a confundir, No es para entrar que golpeo Golpeo para salir. Que sí, que no... lo mismo me da Si el sí y el no, no alcanzan igual A mi libertad... ¡A mi libertad!