En su cuarto se deshacen las cadenas Sobre un lienzo blanco de algodón. La húmeda esta empañando los cristales Las cortinas se han abierto sin pudor. La razón no cuenta juegan los sentidos Hay un ritmo suave y canta la pasión. Las caderas se van fundiendo sin previo aviso Explotando en un gran orgasmo entre los dos. Cabalgando sin parar sobre los cuernos de la luna Misioneros conquistando a la locura Trapecistas sin censura, vocaciones que se juntan Combinando; posiciones con olores verdaderos Se sostienen los embates no hay recesos Y se entienden sin palabras si se cruzan las miradas. II Ellos tocan con un dedo el paraíso Con la lengua los colores dan igual. Son gigantes sobrevivientes de sus instintos Los excesos son el reflejo del corazón. La caricia no se detiene busca camino Hace alianza con el morbo y el sudor. Se desnuda por cada pliegue bajo el ombligo Y un gemido que llega al cielo despierta a Dios Cabalgando sin parar sobre los cuernos de la luna Misioneros conquistando a la locura. Trapecistas sin censura, vocaciones que se juntan Combinando: posiciones con olores verdaderos Se sostienen los embates no hay recesos. Y se entienden sin palabras si se cruzan las miradas. Se violentan sin hacerse daño, es parte de su juego Intercambian un mordisco y mil te quieros Y gozándose a horcajadas, la luz del sol los haya Disfrutándose las ganas, Disfrutándose las ganas