Eran tiempos cuando el azor Junto al hombre Desplegaba todo su valor Puro coraje. Cuando el odio se desató Y de un golpe dividió Lo que eternamente está Por siempre unido a Dios. De sus tierras el Rey lo arrancó Inexplicable Fue entonces cuando comprendió Que para siempre. Huirá del hombre que una vez lo cobijó Sangre y fuego desde entonces van tras él, Nunca el azor, Nunca olvidará, Cada rostro, cada nuevo día. El destierro sobre él cayó Grande pesar Fue así que el mundo conoció Su furia. Huirá del hombre que una vez lo cobijó Sangre y fuego desde entonces van tras él, Nunca el azor, Nunca olvidará, Cada rostro, cada nuevo día.