He vuelto sin ti al rincón olvidado De una infinita campiña sin senderos ni cercados. He vuelto a esa nada poblada de calles Vacías de gente. Como en un sueño, de todo ausente; Alejado y creyente de estampas, creyente. Creyente en ejido anegado de alelíes, De pájaros bobos, de poetas rotos Sobre las arterias De asfalto que contigo arreciaron. Hacia los confines vírgenes remotos De cielos prometidos, falsos, Que son llanto quedo de garzas en vuelo. Creyente sobre torre de marfil. Creyente, creyente. He vuelto sin ti al Edén soñado, De una infinita campiña sin senderos ni cercados. He vuelto a esa nada vacía de calles Pobladas de gente. Como en un sueño, de todo ausente. Alejado y creyente de Ilíadas, creyente. Creyente en un campo anegado de pecados, Creyente en un pozo de petróleo en alta mar, De pájaros bobos, de muñecas rotas bajo luminarias, De calles que contigo amanecí, Hacia los confines de galaxias solitarias Porque al averno arrastran. Creyente bajo torres de alta tensión. Creyente en vuelo libre sin motivo ni motor.