Ya no me empapa tanto veneno y se Que se pregunta: ¿quien peina el viento? Que no me asusta con su lamento Pidiendo besos que no le debo. Nubes que borré que vuelven a mi Empujando piedras que no dañarán Más mi sol, contigo aquí. Caminé y no hubo mas sed. Casi nunca llueve y no, ¡no volveré a enloquecer! No quise mirar ni en los charcos Que dejé tan secos como mi piel No me reflejo en cada gota Que vierte su aliento de luna rotas Que echa de menos cuando temblaba Tras casa sueño que me mojaba. Resbalan hacia el cielo y yo, Me erizo al recordar su olor. Caminé y no hubo mas sed. Casi nunca llueve y no, ¡no volveré a enloquecer! No quise mirar ni en los charcos Que dejé tan secos como mis ganas De encerrar la luz. En las noches sabrás que no volverán A empeñar mis ojos en cada cristal. Que me ofrecerá otra vez Cantos de sirena de una blanca flor Labios tan amargos como el corazón Y al borde del amanecer, No podrá nublar mi voz gritando qué... Caminé y no hubo mas sed. Casi nunca llueve y no, ¡no volveré a enloquecer! No quise mirar ni en los charcos que dejé Tan secos como mi piel.