Rosa, rosae Y también el valor de pi, Y el recuerdo final Por los muertos De la última guerra civil. Así, así, así crecí. Dulcemente educados, En tardes de pavor, Conteniendo la risa El grito, y el amor, Sin comprender la fuerza De un viento abrasador. Fuimos creciendo en filas De dos en dos, Cruzando las ciudades, Los barrios, la ilusión, Dejando todo atrás Sin comprensión. Tristemente avanzando Bajo la lluvia, el sol, O el aire pavoroso De un padre sin valor Después de amargas horas De fuego y de terror. Y la mudéjar torre Aupándose Sobre un barrio vacío Como ojo escrutador Testigo de la vida La muerte y el dolor. Salimos adelante, Nunca sé la razón, Quizás como testigos, O náufragos o heridos, Para plasmar la voz Del que nunca la alcanzó Sobre el viejo mercado, Turbio y atroz, De gritos y verduras Al frío o al calor De los eternos días Creciendo alrededor.