Nada que ver con la común historia "Nadie me quiere", todas esas cosas Ella fregaba suelos, nunca se compró ropa Por darle un buen colegio, multiplicó las sobras ¿Cuál sería el instante? ¿Quién le enseñó estas cosas? ¿Cuándo probó la muerte y amaneció entre sombras? ¿Qué te puedo dar, que no me sufras? ¿Qué te puedo dar, que no te hundas Que no vea en tus ojos reflejos de cristal? Que me mata tu angustia, que me puede tu mal ¿Qué te puedo dar? Quiso ayudarle sin saber ni cómo Y, aunque no pudo, fue vendiendo todo Pero todo era poco para un saco sin fondo Un golpe a una farmacia, algún pequeño robo Ya de vuelta en la casa, del hospital sabía Que, más pronto que tarde, la herida se abriría ¿Qué te puedo dar, que no me sufras? ¿Qué te puedo dar, que no te hundas Que no vea en tus ojos reflejos de cristal? Que me mata tu angustia, que me puede tu mal ¿Qué te puedo dar? Con la prudencia que da la locura Buscó los datos, aclaró sus dudas Con un último esfuerzo, le compró la más pura Y al mirarle a los ojos, se le borró entre brumas Él creyó que soñaba en el fugaz instante En que acabó su tiempo abrazado a la madre ¿Qué te puedo dar, que no me sufras? ¿Qué te puedo dar, que no te hundas Que no vea en tus ojos reflejos de cristal? Que me mata tu angustia, que me puede tu mal ¿Qué te puedo dar, que no me sufras? ¿Qué te puedo dar, que no te hundas Que no vea en tus ojos reflejos de cristal? Que me mata tu angustia, que me puede tu mal ¿Qué te puedo dar?