Yo sé que tú me has dado mucho más de lo que me merezco Y lo que no. Me dice el corazón que de este lado de la almohada No hay despertador sin la luna virtud del ruiseñor, Sin un tirón de fe. Ya tú sabrás que no soy capaz De contar lo que me encontré. Ya sabes que me ha dado por buscarme Y encontrar la suerte en donde no. De vuelta tu mirada me recuerda reposar La suerte entre tu flor. Si me curo en salud por el rencor, Si me vuelve a encontrar la sed, Si desgarra mi paz la soledad Y un invierno brota en mi piel. Sin promesa y sin nombre No hay juez más vil que yo, Sin luto que me asombre: No me hizo ver mejor. Tengo un poco de algodón Que de niño robé a una nube; Polvo de ángel sobre mi sombra obscura Que no ha podido olvidarte, créeme. No hagas más preguntas, Toma todo y en la madrugada piensa en mí. Lirio del agua, Delirio del agua dulce, Nube algodón de azúcar mi son de caña Del ron que ronda en nubes, Del otro lado de las nubes que no puedes ver: Pídele a Dios que vuelva de nuevo luz Lo que siempre es luz.