Te han dicho ya tantas palabras Y tantas esperabas escuchar Pero ninguna te llamaba por tu nombre. Has llorado con canciones tristes Hasta colmar el charco de una pena Que a veces, llegas a extrañar. Sientes que la vida es como un prado Lleno de botellas tentadoras, en el que has desembocado sin traer un abridor. Fumas, Para quemar recuerdos que te saben ajenos Y por eso te resistes a perder. Te vas de viaje ciertas noches Al país de la melancolía, Que siempre tiene un cuarto libre para ti. Voy al barrio donde ya nadie me espera, Donde todo lo que importa es casi nada. Sigo matando dragones con poemas, Y me encantan las princesas trasnochadas. No me preguntes nunca lo que hice, Ni me preguntes por que. He cambiado mi armadura Por esta chupa gastada, No confío en los espejos Si no me muestran tu cara, Camino por tu imposible Mi lanza no está oxidada. Es tu espalda mi castillo, Y mi bandera son tus bragas. Voy sin dejar huella donde pise Y solo las veras cuando me marche. No me preguntes nunca si te quise Ni me preguntes por qué. Pero debes saber que cuando te descuidas Floreces en pétalos imposibles de arrancar. En resumen querida, que te quiero. Por todo lo que tienes y crees que te falta Por esa evocación a la nostalgia, Que niegas sin saberlo a carcajadas Y porque estamos condenados a vagar Con dos copas de más a la calle de la felicidad sin asfaltar. No pretendo encarcelarte en una torre dorada, No hay mas ogros que los miedos Y las brujas jubiladas se lo montan con su escoba, si te refugio en mi cama, Vamos a escribir el cuento, en que el final nunca se acaba. Seré el mejor error que has cometido Doy siempre lo contrario a lo que pido Yo prefiero rescatarte en los portales, Beber tus penas sin importarme quales Bajar por la escalera de tus dudas Hasta ese cuarto en el que pintas tan desnuda Mi retrato con la sangre de tu vino Soy para siempre tu caballero del olvido. Si quieres princesa vamos, Igual que la melancolía, Yo siempre tengo un cuarto libre para ti.