Cuando ella se despertó El suelo no estaba en su sitio. Había quedado a las 10 Pero ya no había luz. El corazón le saltaba dentro, Golpeándole las costillas Como un borracho furioso Queriendo reñir por última vez. Respirar, Ponerle puños al viento y mirar, Bendita tregua da vida pensar Que hasta las ratas tendrán que bailar Al oír su nombre. Aún queda suerte. Dijeron: "Has de pensar Que lo hemos cogido a tiempo". ¿Que un poder no lo entiende? Ni un maldito tumor A solas se dobló llorando rabia Sudando hielo con el alma atada Y la conciencia agarrada A la misma pregunta Aunque no tenga voz. Respirar, Ponerle puños al viento y mirar, Bendita tregua da vida pensar Que hasta las ratas tendrán que bailar Al oír su nombre. Aún queda suerte.