Hace tiempo que dejaste de creer. Dijiste de todo para convencerme. Mientes hasta cuando callas. Dijiste que el tacto no era suficiente. Niegas la gramática y joder se te da tan bien, que hasta dudo de mí. Déjame entrar, será un placer, puedo mentir, puedo perder, y si los demás no van a jugar, ¿cómo puedes dudar de mí? ¿Cómo? Ponte en mi lugar. Ponte horizontal. Y si ese no es el tema, entonces deja que lo haga yo. Solo. Para celebrar. Déjame entrar, será un placer, puedo mentir, puedo perder, y si los demás no van a jugar, ¿cómo puedes dudar de mí? ¿Cómo? Ponte en mi lugar. Ponte horizontal. Pondré las cartas sobre la mesa. El resto lo pondrá el rencor y tu olor. A veces pienso que esto no es más que una de esas series de televisión y yo un actor. No, ya no tengo miedo. Y si no te queda tacto, mándalos a la mierda. Y si no te queda tacto, qué haré con tantas piedras. Vacía todo el mueble bar. No dejes rastro.