Esa noche desperté, Con ganas de revivir, Con ganas de perseguir ... Aquella vieja ilusión. Y a la calle yo salí, Buscando una canción... Buscando nuevos rumbos... Arrastrando mi pasión. Y después de varias cuadras, De barrio y asfalto gris. Me topé con esa esquina, La que nunca estuvo ahí ... Y una banda que tocaba, Donde nunca dio la luz... Derrochando en la nocturna, Aquel Santísimo Blues. Fue una encrucijada... Esa encrucijada... Yo vi la encrucijada... Y ... me quedé. Lady Marian y sus teclas, Coloreando el pavimento. Y ese saxo que brillaba, Con el Señor de los vientos. El mago con sus varitas, En hechizos redoblaba. Y con los graves de Sir Tuercas, La tierra toda temblaba. También estaba la viola, Una guitarra que flameaba, Dr. Jekyll la afilaba, Y Mr. Hyde la destrozaba. Luna plena me llamaba, Y en su argento me perdí. Había Blues en esa esquina, Y en aullidos renací. Y fue ahí... Que en la madrugada del destino... Empezó esta locura... La banda entera flotaba, Iluminando la cruz ... Y en la esquina canté mi alma... Con esa BANDA DE BLUES. Y fue una encruijada... Esa encrucijada... Yo vi la encrucijada... Y ... me quedé. Y así fue que nos quedamos, En el callejón eterno, Sonando de corazón, Y vibrando desde los huesos. Cuando quieras te esperamos, Meta blues y carcajada... Sonando de corazón. En la nueva ENCRUCIJADA... Y me quedé.