Desearía que un gemido tuyo La guerra nuclear pudiera evitar Que al mezclar nuestra saliva Inventáramos un nuevo color Desalienta que sos un poema Y no pueda escribir nada al nivel de vos Despreciados tantos versos en cuanto parpadeaste al sol Veo en tu boca un río azul Me lo quiero beber Como asceta que es desgracia en la abstinencia Del miedo voy a reírme esta vez Como una zebra resignada a la hiena Arma blanca, tan cruel Es el frío reloj En el que es cada eterno momento fugaz Un pedazo de vida que ya no volverá Sempiterno, perenne El ahora y el hoy Y antes de que el tiempo se me acabe