Te hablo sincero, no quiero vivir en tu reino (prefiero morir) Desde pequeño me hicieron basarme en tus cuentos (para ser feliz) Me gustaría poder inventar el momento (de tenerte aquí) Solo decirte al oído lo que pienso de ti Y mirarte a la cara Y ver... el daño que has hecho De la ilusión que siguió a la creación de tu idea Y ese concepto tan claro del bien del mal Desde tu templo claman voces de igualdad Pronto verás cómo todas se vuelven lamentos Somos aquellos que ignoraste Todos aquellos que tuvieron fe Somos los que bebieron tu sangre Somos a los que arrancas la piel Déjame verte orgulloso de esa moral Vieja y divina distorsión de la realidad Y mirarte a la cara Y hacerte entender... el daño que has hecho