La situación de mi patria se puso color de hormiga Hasta el que no es religioso anda mirando pa' arriba Y eso que aquí en Venezuela todavía estamos golilla Si vamos a compararnos con las naciones vecinas No hablemos de Guatemala, de Panamá y Nicaragua De México y Argentina De Ecuador, Chile y Brasil, Colombia, Perú y Bolivia Y eso por nombrar algunas de la América Latina Allá, en otros continentes También hay gente que está viviendo en la ruina En África, por ejemplo, y especialmente en la India Donde el hambre y la miseria los mata y los discrimina 20 reuniones en Suiza, allá, en Ginebra De las Naciones Unidas Pero esta plaga mundial es una plaga maligna Una de las siete plagas que aparecen en la Biblia ♪ Cuando el perro muerde a su amo cómo estará la movida Vayamos cogiendo palco, que lo bueno se aproxima Hoy los acaparadores se han recargado las pilas Para llenar los depósitos con todo lo que consigan Cargaron con el arroz Con el aceite, con el café y con la harina Ya no comeremos carne ni sancochito e'gallina Y como si fuera poco ni espagueti con sardina ¿Qué pasará con los pobres Y especialmente con los padres de familia? Esos que ganan poquito sin tener alternativas ¿De dónde van a sacar para comprar la comida? La cosa se está poniendo tan estrecha y tan pelu'a Que provoca pesadillas Paquetes y más paquetes de betún y brillantina Solo pa' disimular el alto costo 'e la vida ♪ Los tiempos de la bonanza son recuerdos que lastiman Y la noble democracia se encuentra muy malherida Las manos de la inconsciencia desfilaron en pandillas Llevándose las riquezas que tuvo mi patria linda Mucho corazón de acero Corazón de acero y mucho, ave de rapiña Fueron cargando con todo, dejándonos una espina Y les resultó más fácil que pela' una mandarina Hoy los reales de la patria Andan saltando desde Australia hasta la China En Dólar Americano, en Yen o libra Esterlina Y en las cuentas numeradas de la Suiza libertina Mientras, aquí en Venezuela La deuda externa va creciendo sin medida Como estará en el sepulcro nuestro Gran Simón Bolívar Al contemplar el desastre de su patria tan querida