Perdona que me ría vida mía,
Que bien te sienta el traje de princesa,
Ya sabes cuanto dura la alegría,
Y dime que sabor tiene la pena.
Tú sabes que lo bueno dura poco,
Tan poco que lo dulce se hace amargo,
Que la locura no es cosas de locos,
Ya sabes como besan otros labios.
Ya viste amanecer en cama ajena,
Y atiende como se sacia un deseo,
Sabes que en las noches hay muchas hienas,
Que hablan y prometen en arameo.
Perdona que me ría vida mía,
Sabes que pa conquistar la vida,
No hay nada como tus lágrimas de hierro,
Que con el tiempo cascarillean y se oxidan.
Pero siempre habrá un momento,
Al igual que el ave fénix,
Que surja de tus cenizas,
Haciendo tantas mellas en mis adentros.
Ya sabes que las noches son muy largas,
Que te peleas muchas veces con tu mente,
Que crees estar preparao pa la batalla,
Solo eres un cobarde disfrazado de valiente.
Y dime que ha costado tu aventura,
Si te ha valido la pena engañarme,
Si ha sido solo un acto de locura,
O ha sido muy meditado para dañarme.
Si tu nuevo camino huele a rosas,
Y mi rosal solo huele a camino,
Si sientes que cuando tocas mi cuerpo,
Entre sus manos y sus manos existe seda,
Y mucho espino.
Compárame como te acostumbraste,
A ver como se quieren tus amigos,
Compara su angustia con mi pena,
Tu egoismo y mi tristeza,
Su destino y mi destino.
Pero que bien te sienta el traje de tristeza,
Ahí lo llevas.
Tal vez hasta fue mejor que te marcharas,
Esto debió pasarme algo más pronto,
Quizás hasta va pa mi esta gran putada,
Ahora dame pan y dime tonto,
Un tonto que soñaba a ilusionarte,
Un tonto que creía y malgastaste,
Un tonto que no amaste y maltrataste,
Tonto y más que tonto de remate.
Deseo que todo te vaya bonito,
Que la felicidad sean personas,
Que tiene un amigo que sus gritos,
De un auxilio necesito de alguien
Que hoy me abandona.
Perdona que me ría vida mía,
Sabes que pa conquistar la vida,
No hay nada como tus lágrimas de hierro,
Que con el tiempo cascarillean y se oxidan.
Que bien te sienta el traje de tristeza. (bis)