Frágil, desolada, creí ser del tiempo la víctima errada. Es verdad que a su paso la luz enceguece, no hay cuerpo encerrado. - No hay alma que no pese - Dúctil, replegada. Creo en los altos juglares, que asaltan la calma. Se que el terror no es la fruta. Vuelvo a la base (mi base) con fibra liviana. Dos flores extrañas, dos caminos nuevos. Dibujando espadas - sin mirar - las fuerzas asaltan ¿Qué deparan las armas? Siento en los plazos del viento la huella encerrada Dos flores extrañas, dos caminos nuevos.