Cuando llega el fin de otro día más, Sin una novedad. Y se van prendiendo una por una las luces de la ciudad. Vuelve a mí el recuerdo de tu sencillez De tu dulce cuerpo, la primera vez. Pero no, no. La felicidad no se compra. Y me voy andando rumbo a casa como tanta gente más. Masticando a solas el amargo dulce de la soledad. Miro algún vestido en un aparador. Luego un atrevido me promete amor. Pero no, no. La felicidad no se compra. ¿Dónde estás? Que tanta falta me haces Tanta falta me haces. ¿Dónde estás? Que no hay quien te reemplace. No hay quien te reemplace. El amor es tan bonito si es bien correspondido. Dime ¿Dónde estás? Que tanta falta me haces. Tanta falta me haces. ¿Dónde estás? Que no hay quien te reemplace. No hay quien te reemplace. ¿Para qué quiero el dinero Si tú eres lo que quiero? Y sé que no, no, no La felicidad no se compra. Si entre tanta pena y tanto desconsuelo yo pudiera hallar A uno de esos magos que al tronar los dedos dan felicidad. Pediría un deseo muy sencillo, ve Que me amarás mucho y que me fueras fiel. Pero no, no. La felicidad no se compra. ¿Dónde estás? Que tanta falta me haces Tanta falta me haces. ¿Dónde estás? Que no hay quien te reemplace. No hay quien te reemplace. El amor es tan bonito Si es bien correspondido. Dime ¿Dónde estás? Que tanta falta me haces. Tanta falta me haces. ¿Dónde estás? Que no hay quien te reemplace. No hay quien te reemplace. ¿Para qué quiero el dinero Si tú eres lo que quiero? Y sé que no, no, no. La felicidad no se compra La felicidad no se compra No, la felicidad no se compra.