Yo poseo las agallas para empezar a hablar. Dejaré un lado el orgullo y vos tu vanidad, Acabando con nuestros demonios. Yo poseo un puño firme para retratar Tu mirada transparente, tus ojos de cristal, Bastaría con solo invocarte. Hicimos de esto un mostruo que nos devora a los dos. Tan pálidos los rostros colmados de dolor. Entre tantas soledades, comencé a abusar De la patética ironía al hablar de amor, Consecuencia de tu inconstancia. El más sombrío y triste valle que albergó el amor, Hoy carece de incentivos, de algún motor, Sólo se alimenta de impulsos. Incierto es mi rumb, esquivo cada ocasión Que implique que el destino me recuerde tu voz. Pero es inútil que exprese el rencor Si el fuego al alma le da su color. Yo te dije: "En esta guerra no hay un ganador". Manipulados por el tiempo que nos traicionó. Aguarda no camies tu rumbo. Siento el resplandor de lo que fue de mí Con sólo oirte hablar empiezo a repetir: Pero es inútil que exprese el rencor Si el fuego al alma le da su color. Siento el resplandor de lo que fue de mí...