No hay reloj. No hay tiempo. No hay placer ni siquiera del momento. No hay gas. No hay teléfono. Y la poca luz que queda en mí se apaga Con cada cuenta que no paga mi corazón, que dice, Hoy tengo ganas de latir y latir, pero ya no creo en él. Vamos a ver qué pasa. No hay color para enfermos. No hay verdad que asegure que te miento. No hay más que viejos cuentos. Y la poca luz que queda en mí se apaga Con cada cuenta que no paga mi corazón, que dice, Estoy con ganas de latir y latir, pero ya no creo en él. Vamos a ver qué pasa. No hay cielo. No hay memoria. No hay lugar para los sueños cuando estás despierto. Cuando estás, despierto. Cuando estás... No hay vos, solo ego. No hay amor ni siquiera en el espejo. No hay pan, ni hablar de médicos. No hay radar que nos saque de este infierno, Que estalla en tu cabeza envuelta en llamas. Y tu razón qué dice Está cansada y ya no quiere existir. Y la memoria no la deja morir. En esta crisis ya no hay nada que hacer. Y no quiere estar en mí. Vamos a ver quién gana.