Un día, no sé cuándo, Un día, lejos del frío. Un día, no sé por dónde, Un día en que los hombres desataron Las rocas de la humanidad. Viajamos por el viento, Convertidos en palomas mensajeras, Y planeábamos bajo la sombra luminosa De un nuevo mundo, Inconfundible entró la marea Que parpadea y nos junta hasta La noche. Y ella -la noche- se enreda en poesía Para cifrar la confianza y el sueño diurno de nuestras aguas, Quietas, vivas, sanas, nuestras, Entre las palmas de amigos, Entre las raíces de hermanos. ¡Ella! La noche, El sueño, Entre las raíces de hermanos.