Tu boca ha sido hecha,
Para besarme.
Tus brazos y tus hombros,
Para abrigarme.
Me siento a veces niña cuando vas...
Acariciarme,
Y en fiera me conviertes cuando,
Comienzas a amarme.
Me envuelves con las frases,
Que me dices.
Me envuelves con tu voz,
Y con tus caricias.
Tu pecho me enloquece,
Cuando sé,
Que por mi late.
Y no sé ni quien soy,
Cuando otro,
Quiere hablarme.
Y hasta en cada rincón de nuestra casa,
Aunque tú no estés,
Yo no hago más que encontrarte,
Y cuando tú no estás,
Yo no hago más que buscarte,
En cada transeúnte,
Que cruza por mi calle.
Y hasta en cada rincón de nuestra casa,
Aunque tú no estés,
Yo no hago más que encontrarte,
Y cuando tú no estás,
Yo no hago más que buscarte,
En cada transeúnte,
Que cruza por mi calle.
Tu nombre lo repito,
A cada instante.
Y pienso que has de ser,
Mi último amante.
Me siento a veces niña,
Cuando vas,
Acariciarme,
Y en fiera me conviertes cuando,
Comienzas a amarme.
Ya sé que no es muy fácil,
Atraparme.
En juegos del amor,
Nunca he creído.
Pero yo soy mujer,
Y tú has vencido,
Con esa forma que tienes de amarme.
Y hasta en cada rincón de nuestra casa,
Aunque tú no estés,
Yo no hago más que encontrarte,
Y cuando tú no estás,
Yo no hago más que buscarte,
En cada transeúnte,
Que cruza por mi calle.
Si tú no estás...
Mi vida es un infierno,
Si tú no estás,
Si tú no estás...
Yo no hago más que buscarte,
En cada transeúnte,
Que cruza por mi calle,
En cada transeúnte,
Que cruza por mi calle...