Lo arrebató la inconsciencia O fue quizás su conciencia brutal. Salió a jugarse jugado, Lamer su herida ya no sirvió más. Un beso a cada retrato, La valentía con la inspiración, La tensa calma, la noche, Nueva antesala de un viejo dolor. Quién paga los platos rotos De ese ayer macabro y feroz, Devenir absurdo este infame hoy? Se hizo una sombra flotando, Un cielo negro su denso telón. Lo esperó así masticando, El peso eterno de su decisión No le tembló la muñeca, Son tantos años, fue tanto el terror, Un río rojo en el pecho, Tiñendo el verde y el cuento acabó. Quién paga los platos rotos De ese ayer macabro y feroz, Devenir absurdo este infame hoy? Su fe, su sol, su niñez. Toda la sed de su corazón, Su raíz, su verdad, Todo brotando en aquel final.