Ella barría en las mañanas lágrimas de luna llena Y un porro de mariguana su desayuno y su cena Se tocaba los pezones para encantar a las ratas Las llevaba por el bosque a bailar con las gitanas Se besaba con el viento y el fuego de una fogata Recordaba que hace tiempo no le llevan serenata El tenía un departamento donde morir era un juego Que jugaba casi a diario se llamaba traga fuego Y en la noche aparecía los semáforos en rojo Y con la antorcha encendida la muerte guiñaba un ojo. Y las estrellas al óleo que llevaba en su pasado Lagrimitas de petróleo sus mejillas han mojado. Ella volaba en su escoba y esa noche no había luna El estaba en su crucero eran ya casi la una Ella aterrizo en la esquina y con la estopa en la mano Le curo las quemaduras al corazón del fulano. Él le agradeció con besos le canto canción de cuna Ella se durmió en sus brazos en un eclipse de luna. Y murieron esa noche pues la muerte era su juego Soledad era la bruja y Martin el traga fuegos. Fue un miércoles de ceniza o quizás un sábado de gloria O fue un domingo de ramos donde yo escribí su historia