Un ventarrón de besos me transita Desde la férrea médula del tiempo Y en el cofre carnal se resucita El tembloroso latido del silencio Como el torrente de palabras mudas Que exhalo en el suspiro que se inyecta Alzo mi lágrima enjuagada en vida, Desde tu vida y por tu vida inquieta Quizá, quizá fuera el excéntrico poeta Que enloqueció de amor si tu no estabas Pero el amor sembró el aire y fue profeta Y en esa profecía tu me amabas Tu me amabas y yo volqué mi nada Sobre el vértigo del celo enloquecido Celo de nada y de todo lo nacido Desde Dios hasta el sol de la mañana Cada trozo de mi sombra vana Del talismán de ti venció al receso Y hoy lloro, tan solo por el beso Que no te di al nacer, mi enamorada