Quise tirarle un peal a las alturas Al inmenso celeste de los cielos Con el lazo invisible de los ojos y el corazón quemándome los dedos, Con la boca en argolla florecida y la yapa en un grito malonero, Para atrapar la luz de alguna estrella Y ponerla en el cielo de mi pueblo Transformada en canción, palabra y vida Para que cante el hijo del silencio Y no crezca clavado de rodillas Sobre la misma sangre de sus muertos Y de una vez se yerga desde abajo Con la raiz del mapa por adentro Quise tirarle un peal a las alturas Y me quedé mirando el firmamento