Niña de San Ignacio Yo no te olvido porque Tu tierra colorada Quema mi sangre y mi piel Pasada son las cuatro De una madrugada gris Y yo escribiéndote Mis versos locos Recuerdo que te amé Poquito a poco Y nunca te olvidé Ni vos tampoco Porque eres mía, porque eres mía Por sobre el tiempo mía, mía Ay, amor, en tu cuerpo de pantera crece el mar Ay amor, yo sé bien que jamás te he de olvidar Ay amor, en tus ojos de fuego quemazón Y un incendio de luna Tu cabeza bruna No tiene perdón Como la sangre de una tarde degollada Aquella madrugada no hallamos el final Me rebenquea tu amor sin darme tregua Y el alma se me puebla de duendes sin timón Busco en el vino tu boca ensangrentada Y en cada madrugada te quiero mucho más Te digo adiós y acaso Te quiero todavía No sé si he de olvidarte Pero te digo adiós No sé si me quisiste No sé si te quería O tal vez nos quisimos Demasiado los dos Este cariño mío Apasionado y loco Me lo sembré en el alma Para quererte a ti No sé si te amé mucho No sé si te amé poco Pero sí sé que nunca Volveré a amar así No quisiera quererte, pero te quiero Ese castigo tiene la vida mía Por tenerte conmigo me desespero Pero si te acercaras me alejaría Por tenerte conmigo me desespero Pero si te acercaras me alejaría Dentro de mi corazón estás tú Y nunca podré olvidarte Solo me queda esta pobre canción de dolor Y así mitigar mi mal No quisiera quererte, pero te quiero Ese castigo tiene la vida mía Por tenerte conmigo me desespero Pero si te acercaras me alejaría Por tenerte conmigo me desespero Pero si te acercaras me alejaría