Dicen que pudo ser quizás la Dama de la Noche. Tal vez porque nació en un atardecer fugaz. Y que la amaron igual hombres y mujeres Porque les dejó entrar en su altar, su corazón. Llevó su cuerpo con heridas Pero su alma quedó acá Y sin su voz enloquecida París ya no es el mismo, Sufre más... Cantándole al amor adormecía sus fantasmas. El hambre y la pensión, Europa en guerra, desolada... Y se entregó con pasión Y no pidió nada Un escenario más, a cambio de un aplauso No morir en soledad Al menos esta noche no Y no sin antes comprobar Si su canción era verdad. Y no sin antes comprobar Si su canción era verdad. Dios reúne al final A aquellos seres que se amaron...