La Nada me llama en las madrugadas Agita mis sueños, me besa y me abraza Se acerca me pide que viaje con ella Que invente colores, que la haga más bella Llega sigilosa vestida de ocaso Muerde mis talones, me sigue los pasos Desnuda mis pies y los hunde en la escarcha Inmensa de noche, pequeña en el alba La Nada en las sombras me enseña a buscar Reflejos del cielo y la libertad El gusto del agua, la fuerza del viento El peso del aire, las llaves del tiempo La Nada titula todas mis poesías Me llevo al exilio para no sentirla Dibujo palabras que escondan su nombre Y tejo mil sueños con hilos y flores Ahhhhh La Nada no huele, no sabe, ni suena No se ve, no ocupa, no tiene, ni pesa La busco debajo de todas las camas Es monstruo sin cuerpo es un ángel sin cara La Muerte y la Nada van entrelazadas Una va delante la otra por la espalda La Muerte indolente señala el destino La Nada me ruega que invente un camino Me enseña a plantar y a cuidar mi jardín Impulsa mis gestos de amar y partir La historia sin fin se convierte en mi vida La Nada se esfuma en mi fantasía La Nada conoce mis miedos más hondos Me hace compañía se apoya en mi hombro Que no me detenga, me pide que siga No vaya que andando me quede dormida Ahhhhh