Viaja el maestro golondrina del Pilcomayo al Bermejo, Son sus ojos piedras negras que ven un rancho a lo lejos, Entre un bosquecito de sauces y un estanque viejo, Doña Pasión lo sale a encontrar. —Dentre al rancho Don Víctor que la siesta se va, Soy mujer de años largos y le puedo contar, Que el pombero se aparece cuando más calienta el sol, Y si se descuida, lo persigue el viborón. No se aflija Maestro, Que el tiempo es un surco en el campo, Y el cariño verdadero solo duerme, Ahicíto donde quiera encontrarlo. No se aflija Maestro, Que el tiempo es un surco en el campo, Y el cariño verdadero solo duerme, Ahicíto donde quiera encontrarlo. Doña Pasión padece el mutismo de su habitación, Sus ochenta años no la alejan del insomnio del amor, Para él los días son ventanas donde ve a sus niños jugar, Y sueña con el beso que entre suspiros dejo escapar. No se aflija Maestro, Que el tiempo es un surco en el campo, Y el cariño verdadero solo duerme, Ahicíto donde quiera encontrarlo. No se aflija Maestro, Que el tiempo es un surco en el campo, Y el cariño verdadero solo duerme, Ahicíto donde quiera encontrarlo.No se aflija Maestro, Que el tiempo es un surco en el campo, Y el cariño verdadero solo duerme, Ahicíto donde quiera encontrarlo. No se aflija Maestro, Que el tiempo es un surco en el campo, Y el cariño verdadero solo duerme, Ahicíto donde quiera encontrarlo.