Si otro usurpador osara a entrar en mi mansión de cera O seres traicioneros pretendieran cercenar mis alas Hoy, que nada temo y todo tomo y en mis palmas quema Volveré a encender la ira en purificadora pira Prometí entre lágrimas Mientras mi hermosa aldea ardía Que regresaría y que su muerte vengaría Vi a los viles y serviles perros de la oligarquía Manosear a las mujeres y robarse la comida Mastiqué una brasa nueva y la mantuve acá encendida Encendida acá en mi pecho hasta devolverles la herida Me escapé hacia las montañas donde no me encontrarían Cambié mi cama blanda por esta de piedra fría Conversar con las estrellas fue mi sola compañía Entrenar en las mañanas, complotar los mediodías Masticando odio, invocando mil demonios Y soñando con el pan-demonio Que al volver provocaría Sufrí cientos de transformaciones Desgarré mi humanidad y la dejé en el bosque hecha girones De lo que fui no quedan más que unas tristes canciones Pero conseguí el poder letal de mil legiones Como un heredero de Érebo Convertí la noche en verbo Formando un ejército de parias y piratas negros Monto en esta bestia en el color del sueño eterno Para los infieles soy el propio rostro del infierno Mi cuerpo es una sombra Una errante sombra Que puede cambiar de forma En siniestras formas Las palabras de este mundo ninguna me nombra En mis ojos sólo hay sangre Y una sed de gloria Preparamos la embestida Era un plan de memoria Silenciosos en la cima Conteniendo euforia Esperando el primer haz de luz del día Porque al asomar la aurora Atacaríamos con nuestra propia vida Así volví como un titán Pisoteando a la tiranía Aplastando a esas hormigas Pude oler su cobardía Con un revés de mi mano destruía su herejía Los oí cómo gritaban Los vi cómo corrían Sus cuerpos eran blandos Como vana fue su fantasía Y van a recordarme cuando escriban la Elegía No dejé una oveja viva Ni un cultivo, ni una espiga ni una casa en pie No ofrecimos ni opción ni salida Enjuagué mi pena en ese mar de lágrimas ajenas Santos e inocentes por igual pagaron su condena Ya me buscarán sus hijos porque el odio es una rueda Y hoy soy yo el que les maldijo la sangre en las venas Si otro usurpador osara a entrar en mi salón de cera O seres traicioneros pretendieran cercenar mis alas Hoy, que nada temo y todo tomo y en mis palmas quema Volveré a encender la ira en purificadora pira