El eco viril de la montaña Repite complacío El estampío sensual de tu garganta Bronco y estremecido Las hembras se inquietan Al oir tu voz, macho cabrío, Y el aire de la noche se perfuma Con tu aroma encendío Nada, no puede nada El rigor de la sierra Contra tu poderío En primavera, renaces en mil senos Igual que el río Como el arroyo, naces en lo más alto Te crías en lo arisco Pero él irremediablemente busca el llano Y tú buscas los riscos Quién sabe de querencia más que tú Quizás el río Que desde el nacimiento ya presiente El fin de su albedrío Te dice el río Quédate ahí en la altura Macho cabrío