Aquí vengo, Con mis golosos podencos Y por el paisaje del tango, Me adentro. Percanta que me amuraste En lo mejor de mi vida, Dejándome el alma herida Y espina en el corazón. Sabiendo que te quería, Que vos eras mi alegría Y mi sueño abrasador, Para mí ya no hay consuelo Y por eso me encurdelo Pa'olvidarme de tu amor. Cuando voy a mi cotorro Y lo veo desarreglado, Todo triste, abandonado, Me dan ganas de llorar; Me entretengo largo rato Campaneando tu retrato Pa poderme consolar. Ya no hay en el bulín Aquellos lindos frasquitos, Adornados con moñitos Todos de un mismo color. Y el espejo está empañado Y parece que ha llorado Por la ausencia de tu amor. De noche, cuando me acuesto No puedo cerrar la puerta, Porque dejándola abierta Me hago ilusión que volvés. Siempre llevo bizcochitos Pa tomar los matecitos Como si estuvieras vos, Y si vieras la catrera Cómo se pone cabrera Cuando no nos ve a los dos. La guitarra en el ropero Todavía está colgada: Nadie en ella canta nada Ni hace sus cuerdas vibrar. Y la lámpara del cuarto También tu ausencia ha sentido Porque su luz no ha querido Mi noche triste alumbrar. Percanta que me amuraste En lo mejor de mi vida, Dejándome el alma herida Y espina en el corazón. Sabiendo que te quería, Que vos eras mi alegría Y mi sueño abrasador, Para mí ya no hay consuelo Y por eso me encurdelo Pa'olvidarme de tu amor.