¡Ay! Dedicada a mi marido Rodolfo ♪ Año del 75, marcado en el calendario Cuando a la voz del destino dos flores se deshojaron En el puerto de Agua Zarca con motivo de una boda Estaba grande la pachanga y había comida de sobra Por allá muy embozada y orillada del gentío La muerte estaba atareada afilando su cuchillo ♪ Estaba Juana Calixto esperando bailador Fue y le dijo Juventino: "hágame usted el favor" Se encaminaron los dos a bailar merito en medio Pero aquella decisión no le pareció a Equileo La muerte se iba acercando al corazón del gentío Y apretado en una mano traiba el cuchillo encendido ♪ Le había echado el ojo a Juana más antes que Juventino Pero, la mera verdad, no habían hecho compromiso Como quiera que haiga sido, no los dejó terminar Fue y le dijo a Juventino: "tú y yo tenemos que hablar" La muerte se iba acercando cuidándole las pisadas Y emparejando la calle pa' que no se trompezaran ♪ Llegaron a un parejito, se pararon frente a frente Y Equileo, sin dar aviso, abrió fuego de repente Se desplomó Juventino con los ojos espantados Nunca pensó que un amigo se animara a traicionarlo Se tentaba el pantalón buscándose la pistola Pero aunque se la encontró, traiba la muñeca rota ♪ Levantando la cabeza, alzó el brazo Juventino Pero ya no tenía juerza para jalar el gatillo, ¡ay cabrón! Con las ansias de la muerte, le jayó el seguro al arma Y Equileo, sin dar aviso, le chorreó toda la carga Ya sin tiempo para nada, haya tendido a Equileo El que quería madrugar, le tocó morir primero Por entre el gentío suspenso que corrió a ver los heridos La muerte pedía un pañuelo para limpiar su cuchillo La muerte pedía un pañuelo para limpiar su cuchillo ¡Amén!