Fierro negro que duermes Fierro negro que gimes Por cada poro un grito De desconsolacion Las cenizas ardidas Sobre la tierra triste Los caldos en que el bronce Derritio su dolor Aves De qué lejano país Desventurado graznaron En la noche dolorosa Y sin fin. Y el grito se me crispa Como un nervio enroscado O como la cuerda rota De un violín Cada máquina tiene una pupila abierta Para mirarme a mi Para mirarme a mi En las paredes, en las paredes vuelan Las interrogaciones, Florecen las vigornias En el alma de los bronces. Y hay un temblor de pasos En los cuartos desiertos Y entre la noche negra Desesperados corren Y sollozan las almas De los obreros muertos.