Te conozco desde siempre, bienamado, Desde la edad primaria del viento. De tus manos espero el sol de cereal, Por tus ojos los hijos asomados me nombran Y me llaman. Eres un armario pleno, Un temporal de dicha, Piedra y sudor tranquilamente reunidos. Ay, amor! Renuévame cada mañana Como a las flores, no olvides Que yo amo viviendo todas las construcciones Que emanen de tu trabajo, ay, ay, amor! Si te fallo o me abren, Algún año en algún tiempo, Si me muero encontrarán debajo de mi carne Otra carne, hay otro cuerpo modelado. Ay, si fueses tuyo en tu cirujano! Ay, si fueses tuyo en tu cirujano!