Sucede que el fuego me llama a su lado Sucede que a veces la pena es un arbol Y es tibio dormir una siesta en su ancho Sucede que a veces me canso Sucede que abrazo sin miedo la vida Y me hago pequeño en su inmensa guarida Sucede a ratos que tanto amor duele Sucede que el alma se llueve Sucede que a veces sucede Sucede el invierno, sucede una tregua Sucede que es tanto el amor que nos queda Sucede que el hambre, que el pan, que la espera Sucede la vida y asi sucedernos Sucede el momento, lo fragil del cuerpo Sucede que fuimos serenos y siendo Sucede que el arte es como construyo el templo en que vivo Sucede que solo el beso es testigo... No temas cariño, a veces... Sucede conmigo