Aparatos construidos en un pasado no muy lejano Cumplen hoy su función, así funciona el mercado Mantener la chusma a raya sigue siendo necesario Bombas, cal y bañeras en las cloacas del Estado Siniestros cuarteles, siniestros mercenarios Siniestra unidad de la patria, siniestra patria, siniestros amos Escuadrones de la muerte, disidentes silenciados Secuestros a cargo de los fondos reservados La bestia se revuelve buscando a sus adversarios Los perros siempre andan sueltos en busca de su alimento La sangre y la carne roja del que expresa el descontento Debe ser desgarrada por el democrático juego. Democracia del mercado, democracia de la cal El Estado de derecho, el derecho de los G.A.L. 11 de junio de 1980, Miguel Etxebarría desaparece del mundo Naparra asesinado, la mano del Estado tiene garras para el rostro Que no sigue su dictado Silencio, paz de los cementerios Oscuridad total, piel erizada, rabia y miedo El nombre del compañero caído y siempre presente Rompe los corazones, abre la herida, confunde la mente Tú puedes ser su próxima presa y te lo advierto amigo Espéralo todo menos la clemencia Pásate a la resistencia, mañana puede ser tarde Mira que el anochecer no espera Siglas y cruces gamadas grabadas con sangre en la piel Tiros en la nuca, una bomba en un hotel Recuerda Bahía de Pasaia, recuerda la Foz de Lumbier No sabes por donde vendrán, recuerda a Ricardo también El pensamiento débil, la moral del accidente Preparan la superficie de esta siniestra pendiente Y mienten, ¡mienten!, enseña los dientes Ante su legalidad seguiremos disidentes. Normalidad total junto al campo de exterminio Democrática paz, premio para el asesino Ascendido a general celebran a bombo y platillo La muy patriótica unión del militar y el ministro Oscura caza de brujas, la Santa Alianza De nuevo campa a sus anchas Hay que exortizar Europa, librarla del viejo fantasma Y garantizar el poder por todos los medios De la blanca banca ¡Boom! la rabia estalla si nadie se calla Es hora de sacudirnos de encima toda esta morralla ¡Boom! que no se calle la rabia Que salga de tu garganta como auténtica metralla.