, Muchachita ingenua de los ojos negros, No eres ni siquiera la sombra de ayer; Hoy vives un mundo de desilusiones Envuelta en la niebla de tu atardecer. Me parece verte con tu traje lila, Con tu sombrerito de flores extrañas; Siendo el terciopelo de sus marimoñas Mucho menos suave que el de tus pestañas Muñeca, muñeca preciosa, Que fuiste un conjunto de miel, nieve y rosas, Muñeca divina, era una cascada tu voz cristalina. ¿Quién deshizo el alma de tus perendengues? ¿Quién quebró tu espejo?, ¿quién rasgó tu mota? Hay en la tristeza de tus desencantos Toda una tragedia de muñeca rota. ¿Quién deshizo el alma de tus perendengues? ¿Quién quebró tu espejo?, ¿quién rasgo tu mota? Hay en la tristeza de tus desencantos Toda una tragedia de muñeca rota