Ojitos negros y chinos, cuanto me han apacionado, No pierdo las esperanzas de tenerlos a mi lado. Recuerda cuándo pusiste tus manos sobre las mías y llorando me Dijiste que nunca me olvidaría, Y llorando me dijiste que nunca me olvidaría, Fue lo primero que hiciste por tus malas compañías. Ésas malas compañías no te las puedo quitar, Mira que si no las dejas te van a perjudicar. Del cielo cayó un pañuelo todo lleno de cuadritos, La perdición de los hombres son tus hermosos ojitos. Del cielo cayó un pañuelo todo lleno de alfileres, La perdición de los hombres son las benditas mujeres. Ya con ésta me despido deshojando una rocita, La perdición de los hombres son las mujeres bonitas.